[Galatea de las esferas, Salvador Dalí, 1952] |
Silencio;
la nada,
el todo.
Mis ojos se cierran,
los tuyos se abren,
clavando tus pupilas
—en mí—
me abrazas desde lejos.
Bailamos con la misma melodía,
Pretendiendo escapar...
de todo lo malo,
—de todo—
menos de nosotros,
—fluimos—
nuestras palabras vuelan,
—en la atmósfera—
como nuestro sentir;
El sentir que nuca baja,
siempre vuela.
Se mezcla,
se entremezclan.
Y somos uno;
somos de nosotros,
somos de todos,
y de nadie.
De algún lugar;
—de ninguno—
pero somos,
estamos,
y no lo estamos.
Pretendemos,
pero no queremos.
Conciliamos, llegando a un acuerdo con el dolor;
y a la vez no.
Morimos,
nacemos.
—materia—
que se hace y se deshace.
Existimos y no existimos;
pero estamos,
y a la vez no.
Nos desangramos...
sin desangrar.
Pero somos;
estamos,
respiramos,
pretendiendo vivir.
11/08/2008 Cintia V. Rifici©
Luz para un ser...interesante...
ResponderEliminarAsí es, prentendemos vivir, con nuestras contradicción, con nuestras inseguridad, con nuestra falta de conocimientos, con nuestra locura porque a la vez, eso es lo que nos mantiene vivos, fuertes, sanos pero también nos mata, nos aniquila y destruye todos nuestros proyectos. Es esa estúpida sensación de dependencia, de intolerancia; los seres humanos necesitan de cosas para vivir, de placeres, de esperanzas, y todo es tan simple...
ResponderEliminarHermoso blog.
Es un ciclo...este mundo y los seres que en él habitan viven un ciclo constante. Quizá de eso trate la vida en realidad: de la incansable repetición.
ResponderEliminarSaludos, por cierto, bellas palabras!
Cada cambio es una pequeña muerte y un pequeño nacimiento...
ResponderEliminarBellos poemas, señorita.
Le mando un saludo.
Bonito poema...
ResponderEliminarLolita