—Porque para
verme sólo tengo que mirarte; y entre mezclas de un ensueño, te imagino, te
dibujo en mi mente y hasta verte, esa visión me acompaña. Claramente se apodera
de todo lo real; mientras más alucino, más me pierdo en donde te creo, en
donde te siento. Y es cuando te veo, que vuelvo a bajar para que toda esa
ilusión me abrace de un momento a otro; nos abracemos y simplemente sin mucho que
decir, ambos entendemos que uno es sin necesidad del otro. Pero que juntos
somos otro, otro mundo, una bifurcación del conjunto de ambos.
Cintia V.
Rifici© 04/12/09
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