viernes, 1 de noviembre de 2013
La eternidad en un abrazo.
Si silbara y resonara este espejismo que se provoca en tu alma, mientras los cuerpos se amoldan entre si. Y no vacilaras al pronunciar lo sucio que te atrae de un dolor que se siente bien...
En él mueres y vives en sólo un instante.
En él eres y dejas de ser, sin dejar de existir... haciéndote así parte —por sólo un instante— de la eternidad...
Si simplemente aceptaras que te dejas fundir y que buscas hallarte en otro cuerpo, hoy abrazarías la profundidad que tiene tu ser.
Cintia V. Rifici © 23/10/13
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