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[Salvador Dalí, muchacha en la ventana, 1925] |
En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos.
Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:
regresa el tiempo a la nuez.
En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,la boca dice la verdad.
Mi ojo asciende al sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos palabras oscuras,
nos amamos como se aman amapola y memoria,
nos dormimos como el vino en los cuencos,
como el mar en el rayo sangriento de la luna.
Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
tiempo es de que se sepa,
tiempo es de que la piedra pueda florecer,
de que en la inquietud palpite un corazón.
Tiempo es de que sea tiempo.
Es tiempo.
Paul Celan
*Paisajes, reflexiones en el vidrio y una persona. La luz en la parte posterior de la muchacha (Ana María, su hermana) resalta una de las formas preferidas por Dalí. El paisaje visto por la ventana es la bahía de Cadaqués, donde Dalí solía pasar temporadas durante el verano. García Lorca conservó particulares recuerdos de la vista desde esa ventana al despertarse, describió su estancia en Cadaqués, como maravillosa, como un hermoso sueño. Salvador y Ana María eran muy unidos, particularmente a raíz de la muerte de su madre. Ana María fue su única modelo hasta que Gala la sustituyese en 1929. Luego que Ana María en un libro describiera a su hermano de una manera que a éste no le agradó, Dalí creó otra versión de este cuadro con el título “Joven virgen sodomizada por su propia castidad”(1954).